El complejo en la actualidad cuenta con 10 piscinas de 33 a 44 grados, 3 de ellas cubiertas con un microclima natural, chorros con hidromasajes cubiertos. Posee un amplio parque con una deslumbrante vista al Río Uruguay. Así también incluye servicios de sanitarios, duchas y vestidores, con alquiler de sombrillas, reposeras, trajes de baño, estacionamiento, servicios de comidas rápidas. El complejo se encuentra habilitado al público todos los días. Del análisis del agua según el informe técnico realizado por profesionales cubanos surge que las mismas poseen factores mineralizados especiales, como lo es la presencia de Randón 222, siendo por su composición físico-química, clasificados como alcalinas-cloruradas-bicarbonatadas-sódicas.

Residencia del General Justo José de Urquiza. Construido en el medio del monte entrerriano a mediados del siglo XIX se constituyó en centro político relevante gracias al quehacer de su morador, el general Justo José de Urquiza. Ubicado en las cercanías de la ciudad Colón, fue concebido originariamente como la residencia principal de un próspero establecimiento rural, en el que todas las actividades económicas derivadas de las faenas del campo tuvieron cabida y desarrollo. La construcción del Palacio comenzó en 1840, terminándose 10 años después. Los arquitectos responsables de la construcción fueron: Jacinto Dellepiane y Pedro Fosatti, que se encargó de los últimos detalles y de la construcción de la capilla. La residencia posee dos grandes patios que conforman ambientes bien diferenciados. Las habitaciones del Patio del Parral, estaban destinadas para albergar algunos parientes, personal allegado y oficiales de las filas permanentes de San José. En el Patio de Honor se desarrollaba la vida familiar de San José. Los dormitorios de huéspedes se encuentran en el ala oeste. Muchos visitantes ocuparon estas habitaciones en diferentes oportunidades, en la mayoría de los casos personalidades de importancia nacional e internacional. Las visitas del entonces gobernador de la provincia de Buenos Aires, Bartolomé Mitre en 1860, y la realizada por Sarmiento en 1870 dan cuenta del nivel y jerarquía que representaban esta casa y su dueño. La Sala de los Espejos constituía el ámbito apropiado para recepciones y reuniones importantes.

Declarado parque nacional en el año 1966. En el mismo existen varios tipos de ambientes naturales con su flora y fauna particulares. Los más contrastantes son los palmares, que crecen en los terrenos altos, y la selva en galería, que crece a orillas de arroyos y del río. Lo más destacado del parque es la observación de la fauna (vizcachas, lagartos, zorros, carpinchos, ñandúes, ciervos, aves, entre otros), senderos peatonales, senderos vehiculares, Sitio Histórico Calera de Barquín, Centro de Visitantes.

Ubicado frente al P.N. El Palmar, es un refugio de Fundación Vida Silvestre que protege un importante bosque de palmeras Yatay. En este lugar se realizan actividades ganaderas y de forestación (pinos, eucaliptos), cítricos, como así también todo tipo de actividades en contacto con la naturaleza como cabalgatas, trekking, paseos motorizados, avistajes de aves y safaris fitográficos.

Paraje denominado “troncos petrificados” por los ejemplares de estas reliquias naturales allí encontrados. En este lugar el misterio de las piedras semipreciosas extraídas de la zona pueden ser apreciadas en una cautivante exposición.

Está ubicado entre el Balneario Municipal “Santiago Inkier” y el Balneario Privado “Piedras Coloradas”, circundado por las calles Andrade, Boulevard Ferrari, Río Iguazú y camino costero sur. Fue fundado en 1927 para ser utilizado por las escuelas y es uno de los principales atractivos de la ciudad. Este parque posee un mirador hacia el Río Uruguay, una frondosa vegetación, y sendas peatonales que atraviesan las grutas de la Virgen de Itatí, y la Virgen de Lourdes. El paisaje contrasta con los arenales costeros y los vivos colores de las carpas en la zona de los camping. Recorriendo las calles internas, encontramos estatuas, que fueron traídas por el Dr. Quiroz desde la ciudad de Buenos Aires, entre ellas, la de Cervantes, hecha de mármol, la Venus de Nilo, Leones Alados de la mitología griega, etc. El 10 de noviembre de 1970, el Presidente de la Nación Argentina emite un decreto por el cual cede a la Municipalidad de Colón el parque Quiroz. Este cuenta con canchas de tenis, fútbol, voley, básquetbol, y una pileta olímpica para la practica de natación, además de sanitarios, duchas con agua caliente y vestuarios. El parque se encuentra abierto para los turistas que deseen compartir con los colonenses este escenario privilegiado para la contemplación y el descanso que se complementa con las fuentes, jardines, escalinatas, en un ambiente acogedor, en el que no falta el canto de los pájaros ni el mate con la familia.

Una reliquia Histórica. Está ubicado a 4 Km. de la ciudad de Colón. Se encuentra a unos 200 metros del antiguo camino de ripio que une Colón con San José, en un punto mas o menos equidistantes entre ambas ciudades. La ruta pavimentada Nº 26 pasa a pocos Km. del mismo, carteles indicadores permiten localizar inmediatamente la presencia del molino. Toda la zona posee un verde paisaje de espinillos y Ñandubays y, en partes, la tierra deja asomar recios montículos de pedregullo. La familia Forclaz El constructor de esta joya histórica ha sido Juan Bautista Forclaz, de origen suizo, quien llegó a esta zona con sus mayores en la inmigración de 1859, a los seis años de edad. Su padre, Jean Forclaz, recibía noticias en Suiza de los familiares que estaban en la Argentina. En las cartas los colonos hablaban de tierras generosas y posibilidades de progresar. Ante las nuevas perspectivas, varios jefes de familia emprenden el viaje al Río de la Plata. Los colonos son ubicados en parcelas que Urquiza les asignaba, comenzando entonces el cotidiano esfuerzo para transformar la realidad circundante. La infancia de Juan Bautista transcurrió simple y tranquila en la Colonia San José. En su adolescencia se dedico a tareas de labranza y siembra. En 1880 contrae nupcias con María Margarita Pralong. Al lado de la casa del Administrador de la Colonia, Don Alejo Peyret, y cerca de un arroyo de caudal oscilante se instala la pareja decidida a trabajar para contribuir con el progreso de la colonia. De esta pareja nacen nueve hijos. El molino consiste en malacate Juan Bautista, conocedor de todos los sistemas de molienda comunes en Europa, establece en su terreno, un mecanismo para moler granos con el sistema “malacate”, el cual es accionado por tres o cuatro mulas que le proporciona grandes ganancias. Este sistema no alcanzaba, por lo cual decide construir un molino accionado a viento.

Este magnífico deporte también tiene su lugar en la ciudad. Se puede practicar es el predio del Golf Club Colón. Sus nueve hoyos se encuentran estratégicamente distribuidos en un predio de 15 hectáreas. Ubicado a la vera del arroyo Artalaz, y pegado al Complejo Termal. Este campo ha sido especialmente pensado para desafiar a los amantes de esta disciplina
mientras se disfruta de una hermosa vista y del contacto con la naturaleza.

Si esta es tu elección, estas en buenas manos.

A bordo de botes neumáticos semirrigidos, ITAI CORA te ofrece varias opciones para recorrer el Río Uruguay, desembarcar en las islas y guiarte a través de senderos por la selva en galeria para mas tarde llegar a sus increibles bancos de arena blanca.

A bordo de un Jeep Dodge 1942, nos dirigimos hacia Pueblo Liebig, un pueblo con una historia única.

En nuestro recorrido atravesamos médanos y playas, el arroyo Perucho Verna, viejos molinos de viento y el museo de piedras semipreciosas donde aparte de apreciar las bellezas naturales de las agatas, podés conocer a Samson, el carpincho-mascota del lugar.

Mas información www.itaicora.com